Amor con amor se paga

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Más allá del ayuno, la oración, la abstinencia, tal vez la invitación de este pasaje es que todo lo que haga en esta cuaresma lo haga siempre de cara a Ti. A veces actúo sólo de acuerdo a lo que los demás piensan y creen de mí. Inconscientemente, voy permitiendo que los actos de mi día a día vayan colaborando a construir esa imagen que quiero tengan de mí los demás.

Hoy me llamas a liberarme de ello. Liberarme porque ello es una cadena que me esclaviza y roba los méritos de todas las buenas acciones que diariamente cumplo. En efecto, reclamas a los fariseos esas actitudes de actuar sólo para que la gente los vea. Hoy me invitas a actuar de cara a Ti, que ves y valoras lo secreto.

Pero me invitas también a no cumplir actos y hacer cosas sólo por hacer. Esta cuaresma puede ser el tiempo propicio para aprender que mis obras y actos buenos son correspondencia a tu amor primero. Tú ya me amas antes de que yo lo sepa o lo descubra. No es por mis obras que me amas. Es por lo que soy. ¡Cuánto faltaba esto a los fariseos de tu época! A veces creían que sus obras les justificaban y les hacían merecedores de tu amor. Sin embargo no es así.

Tú me has amado hasta el extremo. Ya puedo contar con todo tu amor. Mis obras son la forma de corresponder a este amor desinteresado. No es con mis obras que «gano» o «merezco» tu amor… es con el amor como se paga el amor.

Ayúdame a que este tiempo cuaresmal sea el tiempo del amor: del amor a Ti, del amor a los demás, del amor correcto a mí mismo. Cuaresma es tiempo para amar, y amar de verdad.

El amor a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande del Evangelio. El Señor hoy nos llama a corresponder generosamente a la llamada evangélica, al amor, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida y dedicándonos al servicio de los hermanos, especialmente a los más necesitados de apoyo y consuelo. Si existe una actitud que nunca es fácil, no se da por descontado tampoco para una comunidad cristiana, es precisamente la de saberse amar, de quererse en el ejemplo del Señor y con su gracia.
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de mayo de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Le diré a mis seres queridos lo mucho que los estimo y quiero. (Incluido Dios)

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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