Camina con Él

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El evangelio de este día invita a contemplar la realidad de la vida: Cristo y los discípulos caminan – se trasladan de un sitio a otro -; los discípulos arrancan espigas para comerlas, sentían hambre y, finalmente, los fariseos.

Así como andaba con los discípulos, hoy también camina a tu lado, basta que seas dócil, doblegues la cerviz y le reconozcas; jamás estarás sola (o), basta que pienses por un momento en cada situación difícil que has vivido y en la persona que te ha acompañado, las veces que escuchaste palabras de ánimo o en que recibiste un consejo; cada una de estas personas, fue Él quien la puso cerca de ti para que le escuchases.

Sé que hay momentos en que quisieras que todo fuese distinto, sin embargo, la vida está llena de situaciones complejas que hacen que te sientas asfixiada (o) por tanta presión en el trabajo, en la escuela o universidad, incluso en la misma familia; es difícil caminar cuando se tiene sed de justicia o un momento de paz en tu vida, pero este momento permite que disfrutes el agua que sacia tu sed y alcances un mayor grado de paz, por la simple razón que no estás sola(o) y que siempre tienes compañía.

Jesús quiere que le reconozcas en cada momento de tu vida, que camines con Él, que le veas; no temas abrirte a la vida reconociendo tus fragilidades y, sobre todo,sabiendo que eres una persona amada por Dios.Deja que Él camine contigo y tú aprende a caminar con Él.

El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado.
(San Juan Pablo II, Discurso a la Acción Católica italiana, 30 diciembre 1978).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy en oración ante Dios reconoceré que he fallado y le pediré la fuerza para levantarme y reconocer que camina junto a mí.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Related posts

*

Top