Cardenal Cañizares pide que las iglesias no se conviertan en “lugares profanos”

(ACI).- El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia (España), envió una carta a los sacerdotes de la Archidiócesis titulada “Mi casa es casa de oración”, en la que habla “con todo el cariño y con la normal preocupación y el máximo interés” para evitar que los templos “se conviertan en lugares profanos”.

Según explicaron a ACI Prensa desde la oficina de información de la Archidiócesis de Valencia, la carta está motivada por diversos acontecimientos que ocurrieron recientemente en la diócesis y que movieron al Cardenal a precisar algunos de los puntos en relación con cómo comulgar, el uso de los templos y la importancia del respeto dentro de las iglesias.

En la carta a la que ha tenido acceso ACI Prensa, el Arzobispo explica la importancia de insistir en la catequesis sobre “el sentido o significado del templo como morada de Dios y lugar de encuentro con Él, de adoración, de escucha de su Palabra, de celebración de los sacramentos, sobre todo de la Eucaristía”.

Según precisa desde hace tiempo, observa que es necesario esforzarse en que “las iglesias o templos sean de verdad casas de oración, que inviten a la adoración a Dios y a escucharle, a la contemplación y gozar de su presencia: sólo Él debe importarnos”.

Silencio para la oración

Por eso anima a que además del cuidado material necesario en los templos se preste especial atención al silencio. Sobre esto ya habló el Cardenal Cañizares en su carta pastoral sobre la Eucaristía titulada “Haced esto en memoria mía”, pero asegura que quiere “insistir aún más en el silencio debido para la oración, la escucha de la Palabra, para la adoración y la contemplación”.

Un silencio que, según explica, “se ve alterado con excesiva frecuencia e indebidamente en el rito de la paz, también al final de la celebración, y a veces incluso al entrar en el templo”.

“Cuando yo era niño, mis padres y maestros me enseñaron a guardar silencio en el templo”, recuerda el Cardenal, “a estar ante el Misterio con asombro y admiración, en silencio y recogimiento como corresponde”.

“Ahora, sin embargo, algunos entran en el templo como en cualquier otra casa, -sin saludar siquiera al ‘Dueño’ de la casa-, o en cualquier sala dispuestos al espectáculo, se sigue hablando como en la calle, se sientan de inmediato al entrar, no se entra en un clima de silencio, se sigue en otras cosas”, alerta el Purpurado. Incluso en el momento de la paz “se arma un lío, un rumor, a veces poco respetuoso”, señala.

Por eso ha pedido a sacerdote y fieles que procedan “como pide el respeto al templo, a la celebración; al misterio que allí acontece y a la preparación debida que exige ese misterio, que se guarde la compostura debida”.

Vestidos para entrar en la casa de Dios

Además el Cardenal Cañizares también llama la atención sobre el vestido con el que se entra en el templo, ya que “infinidad de veces algunos o algunas entran con vestidos inadecuados o indecorosos con el respeto que se debe a la casa de Dios”.

“Habría que advertir con carteles que llamen la atención de qué manera se puede entrar en el templo y de qué manera no, como hacen por ejemplo en la basílica de San Pedro en Roma”, recomendó.

Y si alguien entrara de forma inadecuada “invitarle con educación a que se retirase, se cambiase o pusiese otro vestido” para después entrar en el templo.

Sobre las fotografías

El Cardenal Cañizares también ha llamado la atención sobre las fotografías, especialmente al finalizar bautismos, confirmaciones o matrimonios.

“El jaleo que se arma, la falta de respeto y lo que queráis que se origina en esos momentos rompe con todas las reglas de cómo comportarse en el templo”, asegura y precisa que también él “sucumbe en esto”.

Por eso anima a “poner muchísimo más cuidado”, ya que “se pueden hacer las cosas de otra manera y bien, sin impedir el recuerdo que comprendo es grato conservar en fotografía”.

“Se pueden hacer fotografías, es normal que se quiera. Pero, por supuesto no podemos convertir el templo en un salón de fotografía, ni tampoco en unos momentos de devaneo y frivolidad”, señala.

Respeto al sagrario y a la comunión

El Arzobispo de Valencia también explica en su carta cómo comportarse al pasar delante del sagrario ya que, según afirma, “a veces se pasa ante el sagrario como si tal cosa, sin hacer reverencia alguna ni genuflexión que es lo debido”.

Por ello anima a educar a los más pequeños y también a los mayores para que al pasar ante el sagrario se den cuenta de que “en él está Jesús presente sacramentado”.

Además pide que toda la asamblea siga las posturas que señalan los libros litúrgicos en las celebraciones de la Eucaristía, “salvo las personas impedidas por causas razonables”.

Sobre la comunión, el Purpurado asegura que “hay veces que se pasa muy mal viendo cómo se acercan algunos, sin ningún recogimiento y devoción, sin ningún gesto de adoración, como quien coge una galleta o algo semejante”.

Dijo que se puede comulgar en la boca directamente o en la mano para después llevarse el Cuerpo de Cristo a la boca. Pero subraya que “la forma más consonante con el misterio del Cuerpo de Cristo que se recibe es comulgar de rodillas y en la boca”. No se trata de una postura “retrógrada” sino que “señala lo que es más acorde con la comunión”, precisa.

Sobre el uso de los templos

El Cardenal Cañizares también subraya en esta carta que “los templos han de ser respetados en lo que son y ser utilizados para lo que son”. “Todos hemos visto mal el que en Cataluña se hayan utilizados los templos, por ejemplo, para poner urnas o para recuento de votos”, recuerda.

También alerta sobre el uso de los templos “con la mejor buena intención pero sin cabeza, para otros usos, para los que se puede contar con otros locales”.

Por eso subraya que “por fidelidad y respeto”, a lo que es el templo, prohíbe “terminantemente otros usos profanos que, salvo casos de emergencia o necesidad mayor o perentoria, así lo recomienden y esto con autorización, al menos, del Vicario de Zona”.

“No contribuyamos a la secularización, la secularización interna de la Iglesia que es la más grave de todas”, insiste el Cardenal.

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