Meditación Del Dia articles

A creer se aprende creyendo

A creer se aprende creyendo

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio. Hoy me hablas de las ocasiones de pecado, del perdón y de la fe. En mi vida siempre habrá ocasiones de pecado. Pero siempre estará también tu gracia para superarlas. A veces me detengo más a considerar la ocasión y lo mucho que me atrae el

Esos que sostienen que no hay resurrección

Hoy, los «in-oportunos» saduceos son ocasión para que Jesús dedique unas bellísimas palabras a una cuestión vital: la eternidad. La escena y el tema conservan plena vigencia. Se le acercaron «algunos de los saduceos» que, curiosamente, sostenían «que no hay resurrección» (Lc 20,27). En efecto, no deja de ser sorprendente que un grupo de gente

Haceos amigos con el dinero injusto

Hoy, rodeados como estamos de un ambiente consumista, Jesús vuelve a acariciar nuestra conciencia para persuadirnos de las falsas felicidades. Y no lo hace cargándonos con prohibiciones, porque el camino de la santidad es —ante todo— una invitación a la felicidad: «Si quieres entrar en la vida…» (Mt 19,17). El Señor nos anima a trabajar,

El amor es más fuerte que la muerte

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio. Hoy la Iglesia me ofrece este día el recuerdo de todos los fieles difuntos para encomendarlos en este rato de oración. Por ello, Señor, no quiero dejar de lado esta intención que pongo en tus manos. El Evangelio que hoy me presentas me recuerda los momentos

Un alma agradecida tiene una belleza particular

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio. Señor, a veces puedo temer tus mandatos. Temo que mi corazón no esté abierto a ponerlos en obra. Miro mi vida, quizá encuentro que me desenvuelvo en medio de muchos placeres y que tal vez sólo frecuento a las personas que me simpatizan. Es mi naturaleza

«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa»

Hoy, la narración evangélica parece como el cumplimiento de la parábola del fariseo y el publicano (cf. Lc 18,9-14). Humilde y sincero de corazón, el publicano oraba en su interior: «Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador» (Lc 18,13); y hoy contemplamos cómo Jesucristo perdona y rehabilita a Zaqueo, el jefe de

«Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos…»

Hoy, ¿os habéis fijado en el inicio de este Evangelio? Ellos, los fariseos, le estaban observando. Y Jesús también observa: «Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos» (Lc 14,7). ¡Qué manera tan diferente de observar! La observación, como todas las acciones internas y externas, es muy diferente según la motivación que la provoca, según

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