Cristo al centro

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús «era tenido por un profeta». Sus palabras no sólo llevaban autoridad y sabiduría; hay algo en ellas que abre los ojos a un horizonte «profético». Nos habla de los proyectos de Dios.

Miremos por un momento desde la perspectiva de Dios: Él es el viñador que sueña con una tierra fecunda. Trabaja día tras día, con sudor, con calores, con cansancios para preparar el campo. Siembra con gran ilusión cada una de las vides, las protege de plagas, les proporciona el agua que necesitan, y espera algún día verlas llenas de vida y de frutos.

Pero esta parábola tiene también un lado trágico. Los trabajadores, por un lado, tienen un corazón encerrado en sí mismos. Ellos sólo buscan una buena ganancia, llevarse algo de la vendimia, y si pueden, incluso la herencia de aquel viñador. Por otro lado, vemos también a los fariseos y sumos sacerdotes que no reconocen en estas palabras el mensaje de lo que Dios ve en sus elegidos. Su corazón está cerrado por el odio, y ya no distingue ni siquiera una historia de amor.

Jesús, sin embargo, era aún más que un profeta. Él es el heredero de la viña, aquél que murió en manos de los que tenían un corazón cerrado. Más aún; en la realidad, Él mismo ofrece su vida justamente por los de corazón duro: «No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores». Para conquistarnos, Él lo da todo. Todo. No pensó siquiera en salvar su vida; ¿cómo podremos pagar un amor tan grande? Pero esto sólo lo ven quienes tienen el corazón abierto.

Hay solo un impedimento frente a la voluntad tenaz y tierna de Dios: nuestra arrogancia y nuestra presunción, ¡que se convierte en ocasiones en violencia! Frente a estas actitudes y donde no se producen frutos, la palabra de Dios conserva todo su poder de reproche y advertencia: «se os quitará el reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos». La urgencia de responder con frutos de bien a la llamada del Señor, que nos llama a convertirnos en su viña, nos ayuda a entender qué hay de nuevo y de original en la fe cristiana. Esta no es tanto la suma de preceptos y de normas morales como, ante todo, una propuesta de amor que Dios, a través de Jesús hizo y continúa haciendo a la humanidad. Es una invitación a entrar en esta historia de amor, convirtiéndose en una viña vivaz y abierta, rica de frutos y de esperanza para todos.
(Ángelus de S.S. Francisco, 8 de octubre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy visitaré alguna capilla, orando algunos minutos en acción de gracias por lo que Cristo hizo por mí en la cruz.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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