El Rosario

El rosario es una:

• oración mariana: en esta oración saludamos y felicitamos a María (Lc 1,48) y a la vez uno ora/medita con María, la madre de Jesús.

• oración cristocéntrica: meditamos los misterios de la encarnación y de la pascua de Cristo, dirigiéndonos a él mediante la invocación de su nombre «Jesús» en cada avemaría.

• oración bíblica: se medita sobre las fuentes de la revelación: Biblia y tradición, cuyos elementos esenciales están sacados de la Biblia (el Padrenuestro y la 1ª mitad de la avemaría, como los misterios en su casi totalidad)

• oración contemplativa: el rosario es escuela de contemplación en cuanto enseña a uno profundizar constantemente los grandes misterios de la fe, y a contemplar igualmente la propia vida a la luz de la bondad de Dios

• oración activa y ascética: exige disciplina de la mente y enseña una manera de controlar la imaginación suelta (excelente remedio para los «pensamientos malos»)

• oración catequética: enseña las doctrinas principales de la fe, y al mismo tiempo es una mina de lecciones sobre las virtudes, actitudes de oración, etc.

• oración paralitúrgica: es a la vez una preparación y una continuación de la liturgia, especialmente de la liturgia eucarística

• oración psicológicamente adecuada: a diferencia de otras muchas oraciones más unilaterales, el rosario acompaña los diferentes estados de ánimo del ser humano: gozo, dolor, y esperanza de gloria. Nos prepara así a aceptar y vivir a plenitud estas diferentes experiencias de vida en clave de fe y confianza en Dios

• oración orgánica, periódica: oración cíclica (como la liturgia) que se repite, invitando a la profundización y fomenta el desarrollo de cierto ritmo de oración en los que lo rezan.

• oración social: se presta muy fácilmente a oración en grupo, en masa (no requiere de libros; no es nada elitista, sino muy popular).

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