Enviado para dar la buena noticia

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio de hoy te dice la misión a la cual has sido llamado y, al mismo tiempo, te muestra que caminas acompañado.Ciertamente este versículo del profeta Isaías explica que se cumple en nuestro Señor Jesucristo, sin embargo, debes de recordar que en tu bautismo te vuelves parte del cuerpo místico de Cristo y, por tanto, portador de su misma misión. «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor». Y la gran pregunta surge, ¿cómo?

Dios quiere que seas feliz y que transmitas esa felicidad que has encontrado junto a Él; que compartas con los demás tu experiencia de y con Cristo; que ayudes a los otros a ver la mejor opción en sus vidas.Como ejemplo piensa en alguien que piensa asesinar a su hijo que aún porta en su vientre, ayúdale a ver lo maravilloso de la maternidad, muestra afecto y cercanía a esa persona, has que vea el valor que tienen ella y el fruto en su vientre, escucha sin juzgar… en fin, Dios lo único que te pide es que dejes que Él actúe a través de ti.

Recuerda que tu misión comienza en tu casa, el sitio más difícil para evangelizar, pues como dice el evangelio: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra.» Difícil ciertamente, pero no imposible. Deja que Dios siga actuando a través de ti y permítete fortalecer cada día tus lazos familiares; Dios actuará en los demás con sólo el testimonio tuyo y de tu familia, pues los que les vean dirán:»Miren cómo se aman».

Que san José y la Santísima Virgen María te guíen y acompañen en esta misión de llevar el Evangelio.

La Buena Noticia puede parecer una expresión más, entre otras, para decir «Evangelio»: como buena nueva o feliz anuncio. Sin embargo, contiene algo que cohesiona en sí todo lo demás: la alegría del Evangelio. Cohesiona todo porque es alegre en sí mismo…
(Papa Francisco, homilía, 13 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy buscaré hablar con alguien de Cristo y lo invitaré a leer todos los días el Evangelio.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén

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