Hoy celebramos a San Juan Nepomuceno, mártir del secreto de confesión

San Juan Nepomuceno fue un ejemplo de la protección al sigilo sacramental: fue el primer mártir que prefirió morir antes que revelar el secreto de confesión.

Juan Nepomuceno nació en Checoslovaquia entre los años 1340 – 1350, en Nepomuk. Por ello es que se le dice el Nepomuceno. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Padua y fue párroco de Praga. Después fue nombrado Vicario General del Arzobispado porque el Cardenal lo consideraba como un hombre de confianza.

El Santo fue confesor de Sofía de Baviera, la esposa del rey de Praga, Wenceslao. Por ello, el rey, que tenía ataques de cólera y de celos, ordenó al sacerdote que le revelara los pecados de su mujer. La negativa del Santo enfureció a Wenceslao y lo amenazó con asesinarlo si no le contaba los secretos.

Otro conflicto entre Wenceslao y Juan Nepomuceno sucedió cuando el monarca quiso apoderarse de un convento para darle sus riquezas a un pariente y el Santo se lo prohibió porque esos bienes pertenecían a la Iglesia.

El rey se llenó de cólera, el Santo fue torturado y su cuerpo arrojado al río Mondalva. Después lo vecinos recogieron el cadáver y lo sepultaron religiosamente. Era el año 1393.

En vista de su heroica actitud de  preferir la muerte antes que revelar un secreto de la confesión, San Juan Nepomuceno fue considerado patrono de los confesores.

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