Hoy inicia la novena a San Antonio Abad, ilustre monje cristiano

San Antonio Abad fue un ilustre padre de monjes cristianos y modelo de espiritualidad ascética. Además, es considerado Patrono de los ganaderos, veterinarios y protector de los animales.

Las imágenes representan generalmente a San Antonio con una cruz en forma de T, una campanita, un cerdo, y a veces un libro.

Cercanos a su fiesta que se celebra cada 17 de enero, aquí una novena en su honor para pedir su intercesión:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACION PREPARATORIA

Dios Padre Bueno, que para ejemplo del mundo y honor de la Iglesia, transformaste la vida de San Antonio Abad, en la imagen de tu Hijo Jesucristo, concédenos que le imitemos en el camino de la vida evangélica y que merezcamos por su intercesión vencer como Él, las tentaciones y vivir en la voluntad de Dios. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

DÍA PRIMERO

Glorioso Abad San Antonio, que por tu profunda Humildad te considerabas un gran pecador y sin ningún merecimiento, sin creerte las alabanzas de los hombres, aún con la gracia singular de hacer milagros, atribuyéndolo a la infinita bondad de Dios. Alabamos esta virtud en tí y por ella te suplicamos, nos alcances del Señor, que sepamos imitarte, y en la escuela de tu Humildad aprendamos a desterrar del corazón toda soberbia y orgullo, para servir al Señor con sencillez. Amén.

Salmos:
1º Salmo 118. «Tu palabra me da vida»
2º Salmo 121. «Que alegría cuando me dijeron»
3º Salmo 122. «A tí levanto mis ojos»

ORACIÓN FINAL

Dichoso Abad San Antonio, humilde, paciente, modesto, casto, prudente, misericordioso, amoroso, celoso y constante: rendidamente te suplicamos por el alto grado de gloria a que te elevaron tus virtudes, nos asistas de continuo para que nuestros pensamientos, palabras y obras vayan siempre dirigidos al servicio de Dios y nos ayudes en todas las aflicciones y riesgos de esta vida; pero especialmente te invocamos por patrono, para que nos acompañes y defiendas en la hora de nuestra muerte, no permitiendo que el maldito enemigo se acerque a nosotros y cuando seamos presentados en el tribunal supremo, seas nuestro protector y abogado, y de esta suerte confiamos, que junto alabaremos al eterno creador por los siglos infinitos de los siglos. Amén.

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