Llama Jesús a los doce y los envía de dos en dos

Meditación del Papa Francisco

Cuántas veces pensamos la misión en base a proyectos o programas. Cuántas veces imaginamos la evangelización en torno a miles de estrategias, tácticas, maniobras, artimañas, buscando que las personas se conviertan en base a nuestros argumentos. Hoy el Señor nos lo dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias, con las tácticas, sino simplemente aprendiendo a alojar, a hospedar.

La Iglesia es madre de corazón abierto que sabe acoger, recibir, especialmente a quien tiene necesidad de mayor cuidado, que está en mayor dificultad. La Iglesia, como la quería Jesús, es la casa de la hospitalidad. Y cuánto bien podemos hacer si nos animamos a aprender este lenguaje de la hospitalidad, este lenguaje de recibir, de acoger. Cuántas heridas, cuánta desesperanza se puede curar en un hogar donde uno se pueda sentir recibido. Para eso hay que tener las puertas abiertas, sobre todo las puertas del corazón.

Hospitalidad con el hambriento, con el sediento, con el forastero, con el desnudo, con el enfermo, con el preso, con el leproso, con el paralítico. Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido. Y, a veces, por culpa nuestra. Hospitalidad con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra paraguaya es tan rica. Hospitalidad con el pecador, porque cada uno de nosotros también lo es. (Homilía de S.S. Francisco, 12 de julio de 2015).

Reflexión
La llamada de Cristo a la fe no es una llamada estática, es una llamada a conocerlo cada vez más para transmitirlo mejor. Ser cristiano no significa sólo vivir según los mandamientos de Cristo, significa además ser misionero para transmitir a todos los hombres su mensaje, que es un mensaje de paz. Sin embargo, esta proclamación del mensaje de Cristo debe respetar la libertad de los hombres de acogerlo o no.

Propósito
Ofrecer mis actividades del día por el familiar que vive más alejado de Dios.

Diálogo con Cristo
Jesús, haz que viva mi vocación de cristiano fielmente, no apegado a las cosas materiales, sino buscando en todo tu mayor gloria. Haz que cumpla mi vocación de evangelizador en el lugar donde Tú me has puesto en esta vida. Te pido que mi familia viva cada día más unida a Ti, y así podamos un día todos gozar para siempre de Ti y de tu Madre Santísima.

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