“Con María en el trabajo”: la Virgen presente en más de 2.000 entornos laborales

Comenzó mayo, el Mes de María, y aprovechando estas fechas te presentamos el proyecto “Con María en el trabajo”, que por iniciativa de un sacerdote chileno lleva a la Virgen a numerosas empresas, fábricas, oficinas y demás instituciones.

Su creador es el P. Juan Pablo Álamos, quien mientras era seminarista en Brasil soñó con realizar una obra de bien, y tuvo la idea de llevar la imagen de la Madre de Dios a los centros laborales.

En declaraciones a ACI Prensa, explica que se inspiró en el mensaje que San Juan Pablo II dio al mundo obrero en Talcahuano (Chile), durante su visita apostólica en 1987. En aquella ocasión el santo Pontífice “profundizó sobre el sentido del trabajo humano y nos invitó a confiar nuestras necesidades espirituales y temporales a la protección de la Madre de Dios. Nos recordó el rezo del Ángelus, que tanto bien ha hecho a los pueblos”.

En declaraciones a ACI Prensa, explica que se inspiró en el mensaje que San Juan Pablo II dio al mundo obrero en Talcahuano (Chile), durante su visita apostólica en 1987. En aquella ocasión el santo Pontífice “profundizó sobre el sentido del trabajo humano y nos invitó a confiar nuestras necesidades espirituales y temporales a la protección de la Madre de Dios. Nos recordó el rezo del Ángelus, que tanto bien ha hecho a los pueblos”.

Así, en 2007 o 2008, “a poco andar de mi entrada al seminario, me imaginé una gruta de la Virgen en una fábrica: los trabajadores le rezaban”, relata el P. Álamos.

Luego de visualizar el proyecto, lo escribió en una carta a sus padres. Ellos y Pamela Fuentes, “mujer schoenstattiana de empuje y mucho amor a la Mater”, fueron los primeros en sumarse, recuerda el presbítero chileno. “Rápidamente recibimos apoyo de varios sacerdotes”, destaca.

El objetivo de la iniciativa es que los trabajadores puedan tener a la Virgen cerca para poner sus intenciones y necesidades a los pies de nuestra Madre, y dedicar momentos de oración durante la jornada laboral.

“Dios está enamorado del hombre y lo busca: ‘Con María en el trabajo’ quiere responder a ese amor, ofreciéndolo a los trabajadores”, asegura el P. Álamos.

Se trata de “un espacio de oración y de encuentro: un lugar en donde poder parar unos minutos para mirar la imagen de la Virgen y ofrecerle todo. Su presencia humaniza la jornada, suaviza los sufrimientos y da más sentido a lo que hacemos”, sostiene.

Los frutos de la iniciativa se fueron transmitiendo “de boca en boca”, y las empresas han ido solicitando las imágenes. También se sumaron colegios, centros penitenciarios y dependencias militares.

En la actualidad, la iniciativa está presente con más de dos mil imágenes en Chile, Colombia, Brasil y España. Sin embargo, el alcance del proyecto “no es medible”, reconoce su creador, porque la Virgen “colabora en la salvación del mundo de forma humilde, silenciosa”.

“Las imágenes se cuentan como se pueden contar las semillas, pero la cosecha se levanta sin ruido, a su tiempo, a veces se ve, a veces no; es cosa de Dios. Uno siembra y es feliz”, agrega.

En cuanto a los frutos, el sacerdote aclara: “Es un honor estar en las cosas de Nuestra Señora. Ella nos lleva a Jesús y Él es la vida. El bien que se ha hecho es gracias a Jesús y María”. 

“Un logro grande ha sido que el apostolado no tiene fronteras. La imagen está donde hay trabajo humano: hospitales, centros deportivos, cárceles, escuelas, también familias”, enumera.

“Mi mayor sorpresa en este camino fue la bendición que el Papa Francisco hizo de unas imágenes que enviamos a las cárceles chilenas cuando visitó nuestro país”, recuerda el P. Álamos.

“Soñamos con promover la piedad popular en el mundo. Quizás el camino sea ir formando equipos de trabajo en diferentes países. Aunque nuestro mayor tesoro está en la Eucaristía, la piedad popular ha sostenido muchas veces la fe de los pueblos”, considera.

“Latinoamérica se alimenta mucho de la piedad popular. Amamos este regalo del Espíritu Santo, que permite intuir algo del plan de Dios. Nosotros queremos seguir aprendiendo y colaborando con la misión de la Iglesia de llevar el amor de Dios a los hombres. No tenemos una ruta establecida, vamos descubriendo el camino de a poco”, concluye.

Para recibir una imagen, no es necesario realizar un aporte económico. Sin embargo, se puede hacer una contribución voluntaria que será destinada a la confección de una nueva, para entregar a organizaciones de bajos recursos.

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