Día de la Independencia de los Estados Unidos

4 de julio de 2018

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Color: Blanco

Santos:

  • Beato Pier Giorgio Frassati
  • San Odon, Arzobispo de Canterbury
  • Santa Isabel de Portugal

Lecturas del día:

Primera opción

    • Primera lectura

      Isaías 58:6-11
      6 ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?
      7 ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes?
      8 Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá.
      9 Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,
      10 repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía.
      11 Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan.

    • Salmo responsorial

      Salmo 107:2-9
      2 Que lo digan los redimidos de Yahveh, los que él ha redimido del poder del adversario,
      3 los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del norte y mediodía.
      4 En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada;
      5 hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma.
      6 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias,
      7 les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada.
      8 ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!
      9 Porque él sació el alma anhelante, el alma hambrienta saturó de bienes.

    • Evangelio

      Mateo 25:31-46
      31 «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
      32 Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.
      33 Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
      34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
      35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;
      36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.»
      37 Entonces los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?
      38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?
      39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?»
      40 Y el Rey les dirá: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.»
      41 Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.
      42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
      43 era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.»
      44 Entonces dirán también éstos: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?»
      45 Y él entonces les responderá: «En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.»
      46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»

Segunda opción

  • Primera lectura

    Amós 5:14-15, 21-24
    14 Buscad el bien, no el mal, para que viváis, y que así sea con vosotros Yahveh Sebaot, tal como decís.
    15 Aborreced el mal, amad el bien, implantad el juicio en la Puerta; quizá Yahveh Sebaot tenga piedad del Resto de José.
    21 Yo detesto, desprecio vuestras fiestas, no me gusta el olor de vuestras reuniones solemnes.
    22 Si me ofrecéis holocaustos… no me complazco en vuestras oblaciones, ni miro a vuestros sacrificios de comunión de novillos cebados.
    23 ¡Aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero oír la salmodia de tus arpas!
    24 ¡Que fluya, sí, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne!

  • Salmo responsorial

    Salmo 50:7-13, 16-17
    7 «Escucha, pueblo mío, que hablo yo, Israel, yo atestiguo contra ti, yo, Dios, tu Dios.
    8 «No es por tus sacrificios por lo que te acuso: ¡están siempre ante mí tus holocaustos!
    9 No tengo que tomar novillo de tu casa, ni machos cabríos de tus apriscos.
    10 «Pues mías son todas las fieras de la selva, las bestias en los montes a millares;
    11 conozco todas las aves de los cielos, mías son las bestias de los campos.
    12 «Si hambre tuviera, no habría de decírtelo, porque mío es el orbe y cuanto encierra.
    13 ¿Es que voy a comer carne de toros, o a beber sangre de machos cabríos?
    16 Pero al impío Dios le dice: «¿Qué tienes tú que recitar mis preceptos, y tomar en tu boca mi alianza,
    17 tú que detestas la doctrina, y a tus espaldas echas mis palabras?

  • Evangelio

    Mateo 8:28-34
    28 Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino.
    29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?»
    30 Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo.
    31 Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.»
    32 El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.
    33 Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados.
    34 Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término.

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