El Papa a jueces de Italia y el Vaticano: La justicia es una virtud que debe cultivarse

Esta mañana, el Papa Francisco recordó a los magistrados y jueces de Italia y de la Ciudad del Vaticano que la aplicación de justicia no es una abstracción ni una utopía, sino una virtud que deben cultivar y ejercitar.

“La justicia no es una abstracción ni una utopía. En la Biblia, es el cumplimiento honesto y fiel de todo deber hacia Dios, es hacer su voluntad”, comentó el Santo Padre el 25 de febrero, en la inauguración del 94° Año Judicial del Tribunal Estatal de la Ciudad del Vaticano.

Explicó también, que la justicia “no es solo lo el resultado de un conjunto de reglas que se aplican con destreza técnica”, sino “la virtud por la cual damos a cada uno lo que le corresponde”.

Es “indispensable para el correcto funcionamiento de cada ámbito de la vida común y para que todos lleven una vida pacífica”, subrayó.

En la inauguración participaron altos funcionarios del sistema de justicia italiano, como el Ministro de Justicia, Carlo Nordio, y el subsecretario del Primer Ministro, Alfredo Mantovano.

También estuvieron presentes el Presidente del Tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, y al Promotor de Justicia, Alessandro Diddi, junto con los magistrados de sus respectivos despachos.

El Papa Francisco remarcó que la virtud de la justicia “debe cultivarse mediante el compromiso de conversión personal y ejercitarse junto con las demás virtudes cardinales de prudencia, fortaleza y templanza”.

“Esta virtud se encomienda de manera eminente a la responsabilidad de los que intervienen en el ámbito judicial, para permitir el restablecimiento de la paz violada entre los diversos sujetos de la comunidad que están en conflicto entre sí”, explicó.

El Pontífice destacó que la Iglesia siempre “cumple su mandato, sobre todo cuando da testimonio, de palabra y de obra, de la misericordia que ella misma ha recibido gratuitamente”.

Por eso les exhortó a que, con esa misma “actitud de misericordia y cercanía”, miren “a nuestros hermanos y hermanas, especialmente cuando están en dificultad, cuando se equivocan, cuando están sometidos a la prueba del juicio”.

Una situación para poner en práctica la misericordia, señala, se produce “cuando se trata de comprobar conductas que oscurecen el rostro de la Iglesia y provocan escándalo en la comunidad de los fieles”.

“A tal fin, ayuda el ejercicio de un riguroso discernimiento, que ‘evita que se desarrolle una moral de escritorio frío en el trato de los temas más delicados’”, agregó.

Por tanto, el Santo Padre explicó que la “misericordia y justicia no son alternativas, sino que caminan juntas, marchan en equilibrio hacia el mismo fin, porque la misericordia no es la suspensión de la justicia, sino su cumplimiento (cf. Rm 13, 8-10)”.

“Queridos Magistrados, el camino de la justicia hace posible una fraternidad en la que todos están protegidos, especialmente los más débiles. Deseo que todos trabajen siempre manteniendo viva esta conciencia y la tensión hacia la verdad”, concluyó.

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