Feria de Cuaresma

1 de marzo de 2018

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Santos:

  • San Albino

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Jeremías 17:5-10
    5 Así dice Yahveh: Maldito sea aquel que fía en hombre, y hace de la carne su apoyo, y de Yahveh se aparta en su corazón.
    6 Pues es como el tamarisco en la Arabá, y no verá el bien cuando viniere. Vive en los sitios quemados del desierto, en saladar inhabitable.
    7 Bendito sea aquel que fía en Yahveh, pues no defraudará Yahveh su confianza.
    8 Es como árbol plantado a las orillas del agua, que a la orilla de la corriente echa sus raíces. No temerá cuando viene el calor, y estará su follaje frondoso; en año de sequía no se inquieta ni se retrae de dar fruto.
    9 El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce?
    10 Yo, Yahveh, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras.

  • Salmo responsorial

    Salmo 1:1-4, 6
    1 ¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta,
    2 mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche!
    3 Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien.
    4 ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento.
    6 Porque Yahveh conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde.

  • Evangelio

    Lucas 16:19-31
    19 «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas.
    20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas,
    21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
    22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
    23 «Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
    24 Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.»
    25 Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado.
    26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.»
    27 «Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
    28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.»
    29 Díjole Abraham: «Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.»
    30 El dijo: «No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.»
    31 Le contestó: «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.»»

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