Hoy se conmemora a Santa Catalina Drexel, Apóstol de indios americanos y gente de color

Santa Catalina Drexel fue una religiosa norteamericana, fundadora de las Hermanas del Santísimo Sacramento y la segunda santa nacida en Estados Unidos. Su nombre completo fue Katharine Marie Drexel. Nació el 26 de noviembre de 1858 en Filadelfia, Pennsylvania, en el seno de una familia muy rica, ya que su padre era un poderoso banquero.

En casa aprendió el valor del trabajo y la preocupación por los más necesitados. Como una evidente muestra de ello, dos de sus hermanas se involucraron en proyectos de ayuda social: mientras una de ellas fundó una escuela para huérfanos, la otra construyó una escuela para niños y jóvenes de raza negra en situación de extrema pobreza.

Tras la muerte de sus padres, a quienes cuidó con diligencia, Catalina siguió el ejemplo de sus hermanas y empezó a involucrarse en la problemática de los indios de su país, la gran mayoría de veces marginados de la vida social, la educación y el bienestar. Catalina desarrolló un fuerte deseo por evangelizar sus comunidades y darles a conocer a Aquel que es fuente de amor inconmensurable. Con esta preocupación, viajó a Roma con el propósito de encontrarse con Su Santidad, el Papa León XIII, quien la recibió en audiencia en 1887. Katherine le solicitó al Papa que enviara más misioneros al estado de Wyoming, para apoyar a su amigo, el obispo local, Mons. James O’Connor. El Papa le respondió con una pregunta incisiva, «¿Por qué tú no te haces misionera?”.

El encuentro con el Papa y aquella penetrante pregunta cambiaron su vida para siempre.

Al poco tiempo, Catalina estaba de vuelta en Estados Unidos realizando un viaje por los estados de Dakota del Norte y Dakota del Sur. Durante el recorrido conoció al jefe indio de la tribu Sioux e inició una campaña misionera dentro de los territorios de esta etnia.

Catalina ingresó el noviciado de las Hermanas de la Misericordia, y en 1891 fundó la orden de las Hermanas del Santísimo Sacramento, aprobada por el Papa en 1913. La Orden estaba dedicada a asistir a los más necesitados, especialmente indígenas y gente de color.

En 1894, la Madre Drexler inauguró la primera escuela de las Hermanas del Santísimo Sacramento para indios americanos; luego la escuela india de Santa Catalina, en Santa Fe, Nuevo México; y otras escuelas más del mismo tipo, como las edificadas al este del río Misisipi, donde niños y jóvenes afroamericanos eran admitidos. En 1915 se fundaron las primeras universidades: la Xavier University en Louisiana y la Xavier University Preparatory School en Nueva Orleans. Mientras tanto, la Madre Drexler siguió financiando la construcción de numerosas capillas, conventos y monasterios.

Lamentablemente, en 1935, la Madre Catalina sufrió un ataque al corazón que la dejó en mal estado, impidiéndole continuar normalmente su labor por los siguientes 20 años. Por esa razón, a partir de entonces, llevó una vida de retiro dedicada a la meditación y la oración.

Para 1942, su obra continuaba creciendo y ya se había constituido una red de escuelas católicas para indios americanos y personas de raza negra en 13 estados de la unión.

Santa Catalina Drexler murió el 3 de marzo de 1955 a la edad de 96 años, en el convento de Santa Isabel, Bensalem Township, Pennsylvania. El número de hermanas de la congregación ascendía en ese momento a más de 500, dedicadas a la enseñanza en 63 escuelas repartidas en todo el país.

La Madre Drexler dedicó su vida y fortuna personal -unos 20 millones de dólares- a la promoción de las personas más vulnerables y al anuncio del Evangelio entre quienes no habían oído hablar de Cristo. El Señor la había impulsado a entregarlo todo, desde que cumplió los 33 años hasta el día de su muerte, y ella asumió que no podía negarse ante tan noble llamado.

Fue beatificada el 20 de noviembre de 1988 por San Juan Pablo II, y canonizada por él mismo el 1 de octubre de 2000. Es considerada apóstol de los indios americanos y personas de raza negra. Su fiesta se celebra cada 3 de enero.

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