La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha lanzado una campaña de oración por la libertad religiosa.
Desde Ayuda a la Iglesia Necesitada recuerdan que aunque el derecho a la libertad religiosa está recogido por la Declaración Universal de Derechos Humanos, en muchos países todavía hoy existe persecución y marginación por motivos religiosos.
«Hoy en pleno siglo XXI, hay personas que son discriminadas e incluso perseguidas hasta la muerte por su fe. La religión es motivo de discriminación, marginación y persecución de millones de personas pertenecientes a todos los credos, a pesar de uqe es un derecho fundamental», apuntan.
E insisten en que «cada vez es mayor el número de personas y de países donde se discrimina o incluso se persigue a los creyentes de diferentes religiones, aunque siguen siendo los cristianos el grupo más atacado».
Por eso, ACN anima a unirse en oración «por todas estas personas alrededor del mundo que no pueden vivir su fe en libertad y por aquellos gobiernos que impiden el cumplimiento de este derecho fundamental. Rezamos por la convivencia pacífica de las religiones y por el fin de los radicalismos que imposibilitan la libertad religiosa».
Además alientan a mostrar apoyo encendiendo una vela simbólica a través de su web para unirse a esta campaña de oración por la libertad religiosa.
Oración por la libertad religiosa
Oh Señor, creador nuestro.
De tu mano bondadosa hemos recibido
el derecho a la vida, a la libertad
y a la búsqueda de la felicidad.
Tú nos has hecho tu pueblo y nos has dado
el derecho y el deber de venerarte a ti,
único Dios verdadero, y a tu Hijo, Jesucristo.
Por el poder y la obra del Espíritu Santo,
nos llamas a vivir nuestra fe en el mundo
llevando la luz y la palabra salvadora del Evangelio
a todos los confines de la sociedad.
Te pedimos nos bendigas mientras cuidamos
del don de la libertad religiosa.
Danos fortaleza de mente y corazón
para estar siempre dispuestos
a defender nuestras libertades cuando son amenazadas.
Danos valentía para que se escuchen nuestras voces
en defensa de los derechos de tu Iglesia,
y de la libertad de conciencia de todas las personas de fe.
Te pedimos, oh Padre celestial, que
en esta hora decisiva de la historia de nuestra nación,
y reunidos en tu Iglesia,
des a todos tus hijos una voz clara y unida
para que con cada prueba que encaremos,
y cada peligro que superemos,
—por el bien de nuestros hijos, de nuestros nietos,
y de todos los que vengan después de nosotros—
este gran país sea siempre “una nación, bajo Dios,
indivisible, con libertad y justicia para todos”.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.