Obispos destacan labor caritativa de las 70 Casas del migrante que hay en México

CIUDAD DE MÉXICO, 02 Mar. 17 / 02:18 am (ACI).-

“La Iglesia en México realiza una tarea incesante de apoyo a los migrantes”, como son las 70 Casas del Migrante que a lo largo del país rescatan la dignidad humana de estas personas y las tratan como sujetos de caridad, afirmó el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola.

En un comunicado publicado este 1 de marzo, el Prelado abordó la importancia de estos albergues en el marco del mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2017, “en donde nos invita a comprender e intensificar la vida del Espíritu centrando al otro como un don”.

Además, se da en el contexto de la política migratoria del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha expresado en varias oportunidades su determinación de construir un muro a lo largo de la frontera con México para detener la inmigración ilegal.

En su texto, Mons. Miranda señaló que estas casas “son administradas por la Iglesia Católica, por algunos grupos de pastoral, congregaciones religiosas, laicos comprometidos, así como por iglesias cristianas, organizaciones de la sociedad civil y gobierno”, y se concentran en la frontera norte, sur y centro del país.

El Secretario General de la CEM indicó que estas casas “se convierten en la primera acogida del migrante en tránsito o deportado”, a quien expresan “de parte de la Iglesia que nadie es ilegal ni inmigrante y por ello son capaces de brindar ayuda espiritual y moral”.

En estos lugares, señaló, reciben protección, formación y asesoría psicológica y legal “para conocer sus derechos humanos, porque cada día son deportados y repatriados cientos de migrantes, encontrados por la patrulla fronteriza o agentes de migración”.

“Se les concientiza de los riesgos que implica migrar y se les ofrece el apoyo con el transporte de regreso a su tierra de origen”, se les ofrece “hospedaje por un día o por tiempo indefinido”, entre otros servicios.

En ese sentido, “a la luz de los servicios que prestan estos centros, hoy queremos invitar a seguir desarrollando esfuerzos en el ámbito de la concientización a todos los niveles de la sociedad, y de las instituciones en cuanto a la dignidad e identidad del migrante, no como un delincuente ni objeto de uso y abuso, sino como un ser humano y sujeto de caridad”, expresó.

“Estas casas –afirmó– han sido capaces de establecer redes a través de las cuales comparten información, capacitación y se brindan apoyo mutuo a favor del migrante. Por otro lado, hay un trabajo incluyente y exhaustivo que traspasa fronteras al converger con organizaciones católicas, universidades y organismos internacionales en Estados Unidos de Norteamérica y Canadá”.

Además, “las personas que colaboran en estas casas son en su mayoría voluntarios y van desde 2 hasta 10 como máximo. Sin embargo, se apoyan de la comunidad parroquial o fieles que ofrecen su tiempo y servicio. La gran mayoría de los donativos con que operan, provienen de las comunidades en que están insertas estas casas”.

En ese sentido, el Obispo alentó a involucrarse “para asistir a esta población de hermanos que están tan abandonados y que además son tan discriminados”.

“La Iglesia quiere hacer un llamado a la comunidad católica: a los estudiantes, a los trabajadores y a los empresarios a promover acciones concretas en beneficio de estas personas. A acompañarlos desde nuestras trincheras”, alentó.

Finalmente, Mons. Miranda agradeció a quienes trabajan a favor “de nuestros hermanos migrantes”.

“Jesús también fue migrante, anduvo cansado, hambriento y fue discriminado por ser extranjero. Ustedes representan todos esos hogares en donde Jesús encontró un lugar para descansar, un alimento para recuperar las fuerzas, y una escucha atenta y compasiva. Sepan que el voluntariado que practican es reconocido y valorado por Cristo y por la Iglesia”, afirmó.

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