Papa Francisco: Ideología de género contradice el plan de Dios

Por Alvaro de Juana

VATICANO, 15 Abr. 15 / 09:41 am (ACI/EWTN Noticias).- La creación del hombre y la mujer, con el sacramento del matrimonio, son “un gran don que Dios ha hecho a la humanidad”. Sobre este tema trató la nueva catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron miles de personas.

Antes de iniciar su discurso, el Papa explicó que “esta catequesis y la próxima tratan sobre la diferencia y la complementariedad entre el hombre y la mujer, que están al vértice de la creación divina; las dos que seguirán después serán sobre otros temas del Matrimonio”.

Durante su explicación, Francisco alertó contra la llamada ideología de género o teoría del género y mostró una serie de preocupaciones que se derivan de ella. Puso también una tarea para todos los creyentes y sobre todo para las familias: mostrar la belleza de la alianza del hombre y la mujer y vivirla “en el bien”.

El Papa comenzó recordando el Libro del Génesis, donde “leemos que Dios, después de haber creado el universo y todos los seres vivientes, creó la obra maestra, es decir, el ser humano, que Él hizo a su imagen”.

Francisco subrayó que “la diferencia sexual está presente en muchas formas de vida, en la larga escala de los vivientes. Pero solo en el hombre y en la mujer ella lleva en sí la imagen y la semejanza de Dios: el texto bíblico lo repite bien tres veces en dos versículos”. “Esto nos dice que no sólo el hombre ha tomado en sí la imagen de Dios, no sólo la mujer ha tomado en sí la imagen de Dios, sino que el hombre y la mujer, como pareja, son imagen de Dios”.

Por tanto, “la diferencia entre hombre y mujer no se da por la contraposición, o la subordinación, sino por la comunión y la generación, siempre a imagen y semejanza de Dios”.

Continuando con este tema, el Pontífice aseguró que “la experiencia nos lo enseña”, ya que “para conocerse bien y crecer armónicamente el ser humano tiene necesidad de la reciprocidad entre hombre y mujer” y “cuando no sucede, se ven las consecuencias”.

El Papa manifestó que “estamos hechos para escucharnos y ayudarnos unos a otros” lo que significa que “sin el enriquecimiento recíproco en esta relación -en el pensamiento y en la acción, en los afectos y en el trabajo, también en la fe- los dos no pueden si quiera entender hasta el fondo que significa ser hombre y mujer”.

A continuación, dijo que “la cultura moderna y contemporánea ha abierto nuevos espacios, nuevas libertades y nuevas profundidades para el enriquecimiento de la comprensión de estas diferencias”, pero denunció que “ha introducido también muchas dudas y mucho escepticismo”.

Después enumeró una serie de ejemplos: “Me pregunto si la considerada ‘ideología de género’ no se trata también de una expresión de una frustración y de resignación que busca borrar la diferencia sexual porque ya no pueden hacer frente a ella”. “Corremos el riesgo de dar un paso atrás”, alertó.

“La eliminación de la diferencia, en efecto, es el problema, no la solución. Para resolver sus problemas de relación, el hombre y la mujer deben  hablarse más, escucharse más, conocerse más, quererse más”.

Pero no sólo eso, sino que “deben tratarse con respeto y cooperar con amistad”. Y “con estas bases humanas, sostenidas por la gracia de Dios, es posible proyectar la unión matrimonial y familiar para toda la vida”. “La unión matrimonial y familiar es algo serio, y lo es para todos, no sólo para los creyentes”, señaló.

En ese sentido, exhortó “a los intelectuales a que no abandonen este tema, como si se hubiese transformado en algo secundario por el empeño a favor de una sociedad más libre y justa”.

“Dios ha confiado la tierra a la alianza del hombre y de la mujer: su fracaso seca el mundo de los afectos y oscurece el cielo de la esperanza”.

“Las señales son ya preocupantes, y la vemos”, alertó, señalando a continuación dos de los puntos más graves.

El primero, relacionado con la importancia de la mujer y su papel en la sociedad. Sobre esto Francisco manifestó que “es indudable que debemos hacer mucho más en favor de la mujer, si queremos dar más fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres. Es necesario, de hecho, que la mujer no sea sólo escuchada, sino que su voz tenga un peso real, una autoridad reconocida, en la sociedad y en la Iglesia”.

El Pontífice explicó que este es el modo en el que Jesús consideró a las mujeres en el Evangelio. “En un contexto menos favorable que el nuestro, manda una luz potente, que ilumina un camino que lleva lejos, de la cual hemos recorrido solamente un trozo”, se trata pues “de un camino a recorrer con más creatividad y más audacia”.

El segundo punto hace referencia al hombre y la mujer como imagen de Dios. “Me pregunto si la crisis de confianza colectiva en Dios, que nos hace tanto mal y nos hace enfermar de resignación a la incredulidad y al cinismo, no está también conectada con la crisis de la alianza entre hombre y mujer”.

El Pontífice aclaró que la Escritura “nos dice que la comunión con Dios se refleja en la comunión de la pareja humana y la pérdida de la confianza en el Padre celeste genera división y conflicto entre hombre y mujer”.

Y precisamente “aquí viene la gran responsabilidad de la Iglesia, de todos los creyentes, y ante todo de las familias creyentes, para redescubrir la belleza del diseño creador que graba la imagen de Dios también en la alianza entre el hombre y la mujer”.

El Papa concluyó diciendo que “la tierra se llena de armonía y de confianza cuando la alianza entre el hombre y la mujer es vivida en el bien. Y si el hombre y la mujer la buscan juntos entre ellos y con Dios, sin duda la encontrarán”.

“Jesús nos anima en concreto a dar testimonio de esta belleza, que es la imagen de Dios”, subrayó al terminar.

 

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