¿Qué es el consuelo espiritual? El Papa Francisco propone a estos santos como ejemplo

El Papa Francisco continuó este miércoles con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento y explicó el significado de la consolación espiritual, “una experiencia profunda de alegría interior, que consiente ver la presencia de Dios en todas las cosas”.

El Papa Francisco explicó a los presentes en la Audiencia General que la consolación “refuerza la fe y la esperanza, y también la capacidad de hacer el bien”. 

Según señaló el Papa Francisco, “la persona que vive la consolación no se rinde frente a las dificultades, porque experimenta una paz más fuerte que la prueba. Se trata por tanto de un gran don para la vida espiritual y para la vida en  su conjunto”.

“La persona se siente envuelta en la presencia de Dios, siempre de una forma respetuosa  con la propia libertad. Nunca es algo desafinado, que trata de forzar nuestra voluntad, tampoco es una  euforia pasajera”, dijo a continuación.

La consolación de los santos

El Santo Padre animó a los fieles a fijarse en la consolación de los santos, como la paz de San Agustín cuando hablaba de la vida eterna con su madre Mónica, o la paz que sentía San Ignacio al leer las vidas de los santos.

También habló de la paz de Santa Teresa de Jesús, y animó a imitar su inocencia y consolación, que le empujó con dulzura y espontaneidad a obrar el bien.

“La consolación tiene que ver sobre todo con la esperanza, mira hacia el futuro, pone en camino, consiente tomar iniciativas hasta ese momento siempre postergadas, o ni siquiera imaginadas, como el Bautismo para Eith Stein”, aseguró el Papa Francisco.

Además, subrayó que “la consolación espiritual no es controlable, no es programable a voluntad, es un don del  Espíritu Santo: permite una familiaridad con Dios que parece anular las distancias”.

“Es así como la consolación te empuja a ir hacia adelante y a hacer las cosas que en tiempo de desolación no serías capaz de dar ni el primer paso. Esto es lo bonito de la consolación”, dijo el Papa.

Distinguir las falsas consolaciones

El Santo Padre advirtió que la falsa consolación “puede convertirse en un peligro, si la buscamos como fin en sí misma, de forma obsesiva y olvidándonos del Señor”.

“Nosotros debemos de buscar al Señor, y el Señor con su presencia nos consuela, nos hace andar hacia adelante. No buscar a Dios para que nos traiga la consolación, esto no funciona. No debemos ser interesados en esto”, pidió el Papa.

“También nosotros –explicó el Papa-, corremos el riesgo de vivir la relación con Dios de forma infantil, de buscar intereses, de reducirlo a un objeto para nuestro uso y consumo,  perdiendo el don más hermoso que es Él mismo”.

Por último, el Papa dijo que “vayamos adelante en nuestra vida, que va entre la consolación de Dios y la desolación del pecado y del mundo”. 

“Pero sabiendo distinguir cuando es una consolación de Dios que llega  hasta el fondo del alma o cuando es un entusiasmo pasajero, que no es malo, pero no es la consolación de Dios”.

Tras su catequesis, el Papa Francisco lamentó que “en las últimas horas, la isla de Java, en Indonesia, se ha visto afectada por un fuerte terremoto”.

“Expreso mi cercanía a esa querida población y rezo por los muertos y heridos”, dijo el Pontífice..

También recordó que domingo pasado, en Kalongo, Uganda, fue beatificado el padre Giuseppe Ambrosoli, misionero comboniano, sacerdote y médico.

Nacido en la diócesis de Como, murió en Uganda en 1987 después de haber dedicado su vida a los enfermos, en los que veía el rostro de Cristo.

“Que su extraordinario testimonio nos ayude a cada uno de nosotros a ser signo de una Iglesia ‘en salida’. ¡Aplaudamos al nuevo Beato!”, pidió el Santo Padre.

Asimismo, dijo que el Día Mundial de la Pesca, celebrado anteayer, “promueva la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura, mediante el respeto de los derechos de los pescadores, que con su trabajo contribuyen a la seguridad alimentaria, la nutrición y la reducción de la pobreza en el mundo”.

Por último, recordó que el próximo domingo comenzará el Adviento, “el periodo litúrgico que precede y prepara la celebración de la Santa Navidad”.

“Deseo que cada uno de vosotros abra su corazón al Señor, abrid vuestro corazón al Señor para preparar el camino a Aquel que viene a llenar todas nuestras debilidades humanas con la luz de su presencia”, concluyó.

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