Sacerdote advierte que la pornografía es una “droga” muy accesible

El P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, sacerdote de la diócesis española de Getafe y autor del libro “Cuando el sexo te atrapa”, afirmó que la pornografía es una “droga” muy accesible, adictiva y dañina para el corazón.

Así lo indicó el sacerdote en un hilo publicado el 27 de abril en su cuenta de Twitter, en el que ofrece responder preguntas sobre el tema.

La pornografía es una adicción, una nueva adicción de lo que llamaríamos adicciones sin sustancias”, explicó el P. Bronchalo.

“Nosotros tenemos en mente que en las adicciones tienen una sustancia de por medio como el alcohol, la cocaína, la heroína, lo que sea, pero hay adicciones sin sustancia como el juego o la pornografía”, precisó.

El sacerdote resaltó luego que “la pornografía es como una droga para tu cerebro. Cuando uno la consume se libera dopamina, que es la hormona de la felicidad que uno segrega cuando está contento. También está por ahí la oxitocina”.

La oxitocina, llamada la “hormona del amor”, se segrega cuando se desarrollan relaciones afectivas, generando una sensación de bienestar y relajación, pues también disminuye la tensión arterial y el ritmo cardiaco.

El P. Bronchalo dijo que con la pornografía, se segregan estas sustancias “de manera artificial” y “nos vamos haciendo dependientes de esa sustancia, de la dopamina”.

Ocurre entonces que “cada vez el cerebro te va a reclamar más tiempo, contenido más fuerte para tener la misma sensación placentera. Eso hace que muchas personas estén enganchadas en la pornografía y que haya adicciones muy grandes”.

El sacerdote explicó asimismo que “la pornografía es adictiva porque es muy accesible. No lo era antes. Antiguamente quien tenía un problema con la pornografía no tenía tan fácil verla”.

“Sin embargo, ahora sí porque desde cualquier dispositivo como este, en el que me estás viendo, es posible el acceso y es un problema”, alertó.

Ahora, continuó, “todo el mundo tiene en su bolsillo una herramienta que, si no usa bien y si no usa para cosas buenas, se puede convertir en algo que le puede hacer mucho daño, no por el hecho de que lo use para cosas malas, sino por el daño que hace en el corazón ciertas cosas”.

“La pornografía hiere el corazón, daña el corazón de la persona, nos va creando una mentalidad, una idea cosificadora de las personas. Entonces tendríamos que preguntarnos es bueno que sea todo tan accesible”, concluyó.

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