San Nicolás Tavelic, OFM, Presbítero, y Compañeros, Mártires

14 de noviembre de 2018

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Color: Rojo

Santos:

  • San José Pignatelli, Restaurador de los Jesuitas.

Lecturas del día:

Primera opción

    • Primera lectura

      Tito 3:1-7
      1 Amonéstales que vivan sumisos a los magistrados y a las autoridades, que les obedezcan y estén prontos para toda obra buena;
      2 que no injurien a nadie, que no sean pendencieros sino apacibles, mostrando una perfecta mansedumbre con todos los hombres.
      3 Pues también nosotros fuimos en algún tiempo insensatos, desobedientes, descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aborreciéndonos unos a otros.
      4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres,
      5 él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,
      6 que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
      7 para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna.

    • Salmo responsorial

      Salmo 23:1-6
      1 Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.
      2 Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,
      3 y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
      4 Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.
      5 Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.
      6 Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.

    • Evangelio

      Lucas 17:11-19
      11 Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaría y Galilea,
      12 y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia
      13 y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
      14 Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
      15 Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz;
      16 y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano.
      17 Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
      18 ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?»
      19 Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»

Segunda opción

  • Primera lectura

    Romanos 8:31-39
    31 Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?
    32 El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?
    33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.
    34 ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?
    35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?,
    36 como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero.
    37 Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
    38 Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades
    39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.

  • Salmo responsorial

    Salmo 31:3-4, 6-8, 17, 21
    3 tiende hacia mí tu oído, date prisa! Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve;
    4 pues mi roca eres tú, mi fortaleza, y, por tu nombre, me guías y diriges.
    6 en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. Dios de verdad,
    7 tú detestas a los que veneran vanos ídolos; mas yo en Yahveh confío:
    8 ¡exulte yo y en tu amor me regocije! Tú que has visto mi miseria, y has conocido las angustias de mi alma,
    17 haz que alumbre a tu siervo tu semblante, ¡sálvame, por tu amor!
    21 Tú los escondes en el secreto de tu rostro, lejos de las intrigas de los hombres; bajo techo los pones a cubierto de la querella de las lenguas.

  • Evangelio

    Mateo 10:28-33
    28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
    29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
    30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
    31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
    32 «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
    33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.

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