San Vicente de Paúl, Presbítero

27 de setiembre de 2018

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Santos:

  • San Vicente de Paul

Lecturas del día:

Primera opción

    • Primera lectura

      Eclesiastés 1:2-11
      2 ¡Vanidad de vanidades! – dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad!
      3 ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol?
      4 Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece.
      5 Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir.
      6 Sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve el viento a girar.
      7 Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los ríos van, allá vuelven a fluir.
      8 Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír.
      9 Lo que fue, eso será; lo que se hizo, ese se hará. Nada nuevo hay bajo el sol.
      10 Si algo hay de que se diga: «Mira, eso sí que es nuevo», aun eso ya sucedía en los siglos que nos precedieron.
      11 No hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de los venideros quedará memoria en los que después vendrán.

    • Salmo responsorial

      Salmo 90:3-6, 12-14, 17
      3 Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: «¡Tornad, hijos de Adán!»
      4 Porque mil años a tus ojos son como el ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
      5 Tú los sumerges en un sueño, a la mañana serán como hierba que brota;
      6 por la mañana brota y florece, por la tarde se amustia y se seca.
      12 ¡Enseñanos a contar nuestros días, para que entre la sabiduría en nuestro corazón!
      13 ¡Vuelve, Yahveh! ¿Hasta cuándo? Ten piedad de tus siervos.
      14 Sácianos de tu amor a la mañana, que exultemos y cantemos toda nuestra vida.
      17 ¡La dulzura del Señor sea con nosotros! ¡Confirma tú la acción de nuestras manos!

    • Evangelio

      Lucas 9:7-9
      7 Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos;
      8 otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado.
      9 Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?» Y buscaba verle.

Segunda opción

  • Primera lectura

    I Corintios 1:26-31
    26 ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza.
    27 Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.
    28 Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es.
    29 Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios.
    30 De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención,
    31 a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor.

  • Salmo responsorial

    Salmo 112:1-9
    1 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!
    2 Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos.
    3 Hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece.
    4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.
    5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.
    6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;
    7 no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.
    8 Seguro está su corazón, no teme: al fin desafiará a sus adversarios.
    9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.

  • Evangelio

    Mateo 9:35-38
    35 Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia.
    36 Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor.
    37 Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.
    38 Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»

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