«Sanar el mundo»

Aceptar la invitación del Papa a unirse a él en una «peregrinación» inspirada en el Evangelio y teniendo como «faros» las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad. Un viaje que nos lleve a captar esa crisis que ha puesto de manifiesto nuestra vulnerabilidad como una oportunidad para construir un mundo más justo, cuidando unos de otros.

Es en esta dirección que el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Peter K. Turkson desarrolla el prefacio del volumen «Sanar el mundo» que ofrece las palabras del Papa Francisco sobre la pandemia del coronavirus pronunciadas durante las audiencias generales del 5 de agosto de 2020 al 23 de septiembre de 2020.

El objetivo del texto, publicado por la Libreria Editora Vaticana, es transmitir la intención expresada por el Pontífice al concluir la audiencia general del 5 de agosto:

«Es mi deseo reflexionar y trabajar juntos, como seguidores de Jesús que sana, para construir un mundo mejor, lleno de esperanza para las generaciones futuras».

Curación y consuelo
El pensamiento del cardenal se dirige a los días de mayor sufrimiento para Italia a causa de Covid-19: entre el 21 y el 26 de marzo, y hasta el 27 de marzo, cuando se produjo el momento especial de oración del Papa Francisco ante una Plaza de San Pedro vacía por el confinamiento.

Una imagen que, según señaló el cardenal Turkson, recordaba a la del «siervo sufriente» de Isaías, que cargaba con la desesperación y el dolor del mundo. Con sus palabras sobre la tormenta expresó la «ansiedad colectiva» del mundo, pero también recordó la imagen del «sumo sacerdote» que representaba a la familia humana ante Dios, buscando la curación y el consuelo en su desconcierto.

Las crisis como momento de rediseño
Una tarea de consolador que se traduce, por tanto, en las catequesis de los miércoles, dedicadas precisamente a la curación de un mundo sacudido por la pandemia. El cardenal también recuerda que durante los pontificados de Benedicto XVI y del Papa Francisco, el mundo ha pasado por tres crisis: la financiera de 2008-2009 y la «actual crisis gemela del cambio climático y del Covid-19». Crisis que también son retos para cambiar a mejor.

La crisis, como señaló Benedicto XVI a propósito de la crisis de 2008, se convierte en una oportunidad para una «nueva planificación», exhortando a afrontar las dificultades con confianza y no con resignación.

Los caminos propuestos por Francisco
Asimismo, el prefacio repasa los puntos más destacados de las 9 catequesis del Papa durante los miércoles de ese período, recordando que la manera de salir mejor de la crisis es «una empresa común».

Se va, por tanto, desde la catequesis introductoria que presenta a Jesús como sanador, hasta la segunda que se centra en la sanación de las relaciones en un mundo en el que, de hecho, estamos interconectados, y así sucesivamente; diseccionando las raíces de la injusticia social, la importancia de la opción preferencial por los pobres, la necesidad de sanar las pandemias sociales y de contrarrestar la cultura de la indiferencia.

También se recuerda el destino universal de los bienes y cómo la desigualdad es fruto de un crecimiento económico desigual. En este camino son fundamentales la solidaridad y la subsidiariedad, así como la llamada a ponerse al servicio de la construcción de una «civilización del amor» que promueva el bien común a todos los niveles.

También se da espacio a la relación que debe guardarse con la creación. Un nuevo camino que no puede separarse de mantener nuestra mirada fija en Jesús «nuestro sanador» que nos envía como consoladores. Al final de cada una de las catequesis del Papa, el libro nos anima a realizar este viaje, planteando preguntas a nivel personal, familiar y comunitario, tema por tema, sobre las acciones concretas a realizar.

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