Vaticano impulsa Jornada de Oración por las víctimas de abusos

La Pontificia Comisión para la Protección de Menores señaló que el primer viernes de Cuaresma se realizará una Jornada de oración por las víctimas de abusos en algunos países y destacó la importancia de la oración.

La Jornada de oración por las víctimas de abusos fue una iniciativa que el Papa Francisco solicitó a las Conferencias Episcopales desde 2016 a las que les pidió “que elijan un día apropiado en el que orar por los supervivientes y las víctimas de abuso sexual como parte de la iniciativa de la Jornada Universal de Oración”.

En concreto, la idea de la institución de esta Jornada de Oración surgió inicialmente de un sobreviviente de abusos sexuales en su infancia y fue aprobada por los miembros de la Comisión en febrero de 2016.

La oración es parte del proceso de curación de los supervivientes y de la comunidad de los creyentes. La oración pública es también una forma importante de demostrar la mayor toma de conciencia en la Iglesia”, indicó la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.

En los últimos años, las Conferencias episcopales han elegido diferentes fechas. Por ejemplo, la Iglesia en Australia recuerda la Jornada el 11 de septiembre junto a la Jornada nacional para la protección de los niños; las Conferencias Episcopales de África meridional (SACBC) dedican tres días a la oración que concluye en el segundo domingo de Adviento; varias iglesias de Europa, entre ellas España y Suiza, realizan la jornada en el domingo más cercano a la Jornada Mundial del niño que es el 20 de noviembre y otras, como Francia y Bélgica, han instituido jornadas nacionales de oración y ayuno en otras fechas.

En esta línea, en el primer viernes de Cuaresma, 19 de febrero, las catedrales y parroquias de Irlanda encenderán velas para recordar esta Jornada mientras que las iglesias en Escocia y Polonia realizarán liturgias especiales.

La Pontificia Comisión para la Protección de Menores trabaja con el objetivo de “hacer de la Iglesia un ‘’hogar seguro’ para los niños, adolescentes y adultos vulnerables”. Entre las diferentes tareas que desempeña se encuentra “la atención pastoral a las víctimas y sus familias, educación, directrices de buenas prácticas, la formación al sacerdocio y a la vida religiosa, normas eclesiales y civiles que rigen las acusaciones de abuso y la asunción de responsabilidad de las personas que ocupan puestos claves dentro de la Iglesia a la hora de enfrentar las acusaciones de abuso”.00

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