En lo profundo del hombre

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

 

La superficialidad con la que hoy se puede vivir provoca una incapacidad para conocerse y para conocer a Dios. Es evidente la preocupación y el interés que surge en las personas al querer cuidar su fama y sus intereses. La consecuencia siempre es la misma: El interior queda olvidado.

La aventura y el reto es limpiar el vaso por dentro, teniendo un encuentro con mi verdadero yo. Al entrar en uno mismo encontraremos nuestra infidelidad, nuestra injusticia, nuestra falta de misericordia, nuestro pecado. Nuestro interior necesita ser limpiado, pero no nos debemos detener en esto. Debemos seguir buscando y entrar en lo más profundo de nuestro corazón.

Veamos el ejemplo de san Agustín que siempre fue un gran buscador. Intentó con gran esmero saciar sus propios deseos y ambiciones antes de su conversión. Nunca se rindió. Él sabía, de alguna forma, que no había encontrado lo que su corazón buscaba inquietamente. Siguió buscando en todo el mundo y en diversas experiencias. Pasado el tiempo, cansado y desesperado, comenzó a buscar dentro de sí y lo que descubrió le llevó a decir: ¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así, por de fuera te buscaba. Deforme como era, me lanzaba sobre esas cosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me retenían lejos de ti aquellas cosas. Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera; brillante y resplandeciente, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti.

La buena noticia es que Él está dispuesto a limpiarnos, la buena noticia es que todavía no estamos terminados, estamos en proceso de fabricación, que como buenos discípulos estamos en camino. ¿Cómo va cortando Jesús los factores de muerte que anidan en nuestra vida y distorsionan el llamado? Invitándonos a permanecer en Él; permanecer no significa solamente estar, sino que indica mantener una relación vital, existencial, de absoluta necesidad; es vivir y crecer en unión fecunda con Jesús, fuente de vida eterna. Permanecer en Jesús no puede ser una actitud meramente pasiva o un simple abandono sin consecuencias en la vida cotidiana, siempre trae una consecuencia, siempre.
(Homilía de S.S. Francisco, 9 de septiembre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy intentaré hacer conciencia de que, por muy pecador que sea, Dios está dentro de mí a lo largo de mi vida ordinaria.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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