XXXIII Domingo Ordinario

18 de noviembre de 2018

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Color: Verde

Santos:

  • Dedicación de la Basílica de San Pedro y San Pablo
  • Santa Rosa Filipina Duchesne

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Daniel 12:1-3
    1 «En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro.
    2 Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno.
    3 Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.

  • Salmo responsorial

    Salmo 16:5, 8-11
    5 Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras;
    8 pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo.
    9 Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi carne en seguro descansa;
    10 pues no has de abandonar mi alma al seol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa.
    11 Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.

  • Segunda lectura

    Hebreos 10:11-14, 18
    11 Y, ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar pecados.
    12 El, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre,
    13 esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies.
    14 En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados.
    18 Ahora bien, donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado.

  • Evangelio

    Marcos 13:24-32
    24 «Mas por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor,
    25 las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas.
    26 Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes con gran poder y gloria;
    27 entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
    28 «De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
    29 Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que El está cerca, a las puertas.
    30 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
    31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
    32 Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.

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