Se cumplirá hasta la más pequeña letra de la ley

Meditación del Papa Francisco
¿Qué ventaja hemos recibido por cumplir los mandamientos de Dios, mientras que los ‘soberbios’ aun haciendo el mal, se multiplican y, aun provocando a Dios quedan impunes?

Muchas veces vemos esto: la gente mala, la gente que hace el mal parece que en la vida le va bien: son felices, tienen lo que quieren, no les falta nada. ¿Por qué a este que es un descarado a quien no le importa ni Dios ni los otros, que es una persona injusta y mala, le va todo bien en la vida, tiene todo lo que quiere y nosotros que queremos hacer el bien tenemos tantos problemas?

La respuesta la encontramos en el salmo que proclama ‘dichoso’ al hombre que no sigue los consejos de los malvados y que encuentra su alegría en la ley del Señor.

Ahora no vemos los frutos de esta gente que sufre, de esta gente que lleva la cruz, como en ese Viernes Santo y ese Sábado Santo no se veían los frutos del Hijo de Dios Crucificado, de sus sufrimientos. Asimismo, ¿qué dice el Salmo sobre los malvados, sobre los que pensamos que les va todo bien? Serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 8 de octubre de 2015, en Santa Marta).

Reflexión
La fe que obtenemos por medio del Evangelio es un enorme tesoro que nos da el conocimiento de Cristo, y por él nos viene la vida. Sin embargo, es deber nuestro transmitir la Palabra que hemos recibido, de acuerdo con su mandato: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”. No podemos quedarnos solamente en la vivencia de su Palabra cuando hay tanta gente en este mundo que no le conoce. Así pues, todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
Dios nunca se deja ganar en generosidad, y promete, a todo el que quiera ser su mensajero, ser grande en el Reino de los Cielos. No dejemos en nuestra vida pasar la oportunidad de ganar un premio que no se acaba, y que a fin de cuentas es el que gozaremos por toda la eternidad.

Propósito
Meditaré un pasaje del evangelio y lo compartiré con mi familia.

Dialogo con Cristo
Jesús, a ejemplo tuyo quiero ser portador de tu palabra, y me propongo no solamente cumplir con tus mandamientos, sino también transmitirte a todos, y en todo momento, por medio de la predicación y el testimonio

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